5️⃣V DOMINGO DE CUARESMA, “Judica”.
El evangelio de hoy nos llena de confianza y nos estimula a dar también nosotros el paso a la conversión pascual.
🕯️El expresivo episodio de la mujer pecadora, acusada y amenazada de muerte por los fariseos y perdonada elegantemente por Jesús nos muestra el contraste entre la mezquindad de corazón de los que condenaban y la delicadeza misericordiosa de Jesús, que perdonaba.
📜Realmente, los doctores de la Ley y los fariseos intentan poner a Jesús en un compromiso. Según la Ley, las personas que cometían adulterio debían ser condenadas a muerte (Dt.22,22). Ellos esperaban que Jesús tuviera que aceptar la condena, y perder así su fama de benevolente y misericordioso; o bien que no lo aceptase y, entonces, poder acusarlo de pecador, de ir contra la Ley.
👉Tras los momentos de suspense, la respuesta de Jesús deja perplejos a los acusadores, que se encuentran de repente en acusados y se ven obligados a retirarse.
✝️El Señor no banaliza el mal, no dice que aquello no fuese pecado, pero impera la misericordia: la verdad sin caridad puede convertirse en crueldad
El diálogo final con la mujer muestra que la preocupación de Jesús es el bien y la salvación de las personas, y no la aplicación estricta de los castigos a los pecadores. Jesús ha venido a salvar, a curar, a perdonar. No a condenar.
❓Cabe, pues, la pregunta: ¿nuestra actitud para con los “pecadores”, se parece a la de los fariseos o a la de Jesús?
💜También vale para nosotros la invitación de Jesús: “Tampoco yo te condeno: anda y en adelante no peques más”. Todos necesitamos esta misericordia de Dios.
